El oro blanco es uno de los metales preciosos más populares en la joyería. Su elegante tono plateado y su versatilidad para combinarse con diferentes estilos lo convierten en una opción ideal para anillos, collares, pulseras y otras piezas. Pero, ¿te has preguntado cómo se fabrica este metal tan especial?
En este blog, te desvelaremos el proceso detrás de la creación del oro blanco:
1. La aleación:
El oro blanco no es un metal natural, sino una aleación, es decir, una mezcla de diferentes metales. El componente principal es el oro puro, que se combina con otros metales como el paladio, la plata o el níquel. La proporción de estos metales varía según la fórmula específica que use cada fabricante, pero lo más común es encontrar aleaciones de 18 quilates, que contienen un 75% de oro puro.
2. La fundición:
Los diferentes metales se funden a alta temperatura en un crisol. La temperatura precisa depende de la composición de la aleación, pero suele rondar los 1.064 grados centígrados.
3. La solidificación:
Una vez fundidos, los metales se vierten en un molde para que se solidifiquen en la forma deseada. Esta forma puede ser una barra, una placa o incluso la pieza final de joyería, dependiendo del proceso de fabricación que se use.
4. El trabajo en frío:
La pieza de oro blanco solidificada se somete a diferentes procesos de trabajo en frío, como el laminado, el trefilado o el forjado. Estos procesos permiten darle la forma final deseada a la pieza, así como aumentar su dureza y resistencia.
5. El pulido:
Para obtener el característico brillo del oro blanco, la pieza se pule con diferentes abrasivos y herramientas. Este proceso elimina cualquier imperfección de la superficie y crea un acabado liso y brillante.
6. El baño de rodio:
En la mayoría de los casos, el oro blanco se somete a un baño de rodio, un metal precioso que le da un brillo aún más intenso y una mayor resistencia a la corrosión.
Un proceso meticuloso:
Como puedes ver, la fabricación del oro blanco es un proceso meticuloso que requiere de gran precisión y experiencia. El resultado final es un metal precioso con un brillo excepcional y una gran versatilidad, perfecto para crear joyas que duren toda la vida.
¿Sabías que...?
El oro blanco es más duro que el oro amarillo, lo que lo hace más resistente a los arañazos y al desgaste.
El paladio es uno de los principales metales que se usan para dar al oro blanco su color característico.
El níquel puede causar alergias en algunas personas, por lo que es importante elegir un oro blanco que no lo contenga.
Esperamos que este blog te haya ayudado a comprender mejor el proceso de fabricación del oro blanco.
Si estás pensando en comprar una joya de oro blanco, no dudes en consultar con un joyero de confianza para que te asesore sobre la mejor opción para ti.
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